Este es el momento en el cual se puede advertir con mayor claridad y certeza que si “el virus no discrimina”, sería obvio que los hombres tampoco lo hicieran.
Esta es la ocasión de “darse cuenta” de la importancia que tienen los servicios “abiertos, directos y gratuitos” por sobre cualesquiera otros servicios de difusión no masiva, cuando resulta fundamental llegar a los segmentos más desprotegidos de la sociedad con los mensajes informativos responsables y más creíbles, y no, de aquellos que abundan en las redes tan irresponsables en el manejo de sus libertades.
El mundo se está limpiando de todos los avasallamientos perpetrados sobre recursos naturales que sirven para asistir a la humanidad, como el aire que respiramos, la fauna, la flora y todo lo que pueda ser de utilidad a fin de preservar una sana existencia en equilibrio… y, por supuesto, entre esos recursos, también se encuentra nuestro espectro radioeléctrico atribuido a radiodifusión, tan vapuleado.
Nadie es más que nadie, así como ningún servicio puede remplazar otro servicio… No se puede descartar nada de lo ya existente. No se puede abolir nada en nombre de un progreso aún no comprobado.
“Cada cosa en su lugar y armoniosamente”.
No todo es tecnología… no todo es servicio… y tampoco todo resulta ser esencial.
De eso y nada más que de eso, se trata.
Solo resta “darse cuenta”.
Edgardo Molo
Asesor Técnico Legal
Especialista en Radiodifusión
Periodista