
Es el fenómeno por el que un demonio ejerce cierto influjo sobre el cuerpo o la salud mental de una persona. Aunque no llega a tener el dominio total de su víctima, en una primera fase, solo ejerce, como expresa la misma palabra, influencia.
Puede actuar por medio de pensamientos malos y oscuros, nublando su mente, las emociones o la voluntad. Esta última es una tentación fortísima. Uno siempre es libre y puede resistir una y otra vez esta sugestión intensa.
En casos extremos puede manifestar enfermedades corporales. Induciendo al alma de forma obsesiva a determinados vicios o pensamientos obsesivos.
Cuando se ora por la víctima que tiene una influencia, la reacción es distinta a la de la posesión. Siente un malestar general que acaba en un lugar concreto del cuerpo. O bien no pudiendo controlar la tensión que le provoca la oración, y comienza a realizar movimientos extraños con los miembros, pero sin perder la consciencia.
Existen otras causas que la influencia se revela por la tremenda crispación que se manifiesta en manos o cara, esta, suele ser la fase previa a la manifestación de la posesión, pero nunca pasa de ese síntoma, sin llegar a producir o entrar en trance.
Para eximir esta seducción demoníaca, la persona tiene que recibir una oración de liberación. Solo debe ser precedida por un sacerdote ordenado y que tenga conocimiento sobre lo que está haciendo. También resulta eficaz que un grupo de laicos que oren por él. Siempre es preferible la oración comunitaria a la de una sola persona, ya que la fuerza de la plegaria es más fuerte.
Nunca hay que buscar la solución a la influencia demoníaca en brujos, videntes, adivinos o individuos con supuestos dones espirituales de sanación o que contactan con el más allá. Si usted va al sacerdote y a esas personas, nunca logrará el alivio. O uno busca, por un lado, o por el otro. Pero ambas a la vez no se pueden mezclar. En la magia y los brujos nunca se consigue nada. Solo empeora las cosas. La víctima, en definitiva, escuchará más las supercherías que le ofrecen estos charlatanes y no el consejo que puede darle un exorcista experimentado. Que no tendrá la solución mágica y rápida que ofrecen estos vendedores de ilusiones, sino que, en cambio, ayudara a la persona afectada, por medio de la oración.
Fuente:
Exorcística. Cuestiones relativas al demonio, la posesión y el exorcismo.
Pbro. José Antonio Fortea. 2011.

Alfredo Musante
ANUNCIAR Informa (AI)
-Este artículo esta publicado en el Dossier “Navarra Preludio” número 1 que integra el boletín digital, número 37, que corresponde al mes de Diciembre de 2022.