
Continuando con la biografía de nuestro personaje central del libro “Navarra, Preludio”, Fray Francisco, durante treinta años es conocido en todos los reinos cristianos, como uno de los mejores exorcistas de su tiempo. Hasta que la noche del 25 de febrero de 1508, en las afueras de Munguía, un pequeño niño de nueve años, de nombre Juan de Garonda, pero que todos llaman “Juanito” va presuroso en su búsqueda para que ayude a su madre que está siendo poseída.
Al llegar, se encuentran que quien la posee es un atávico y poderoso demonio, llamado Ichneumón, este desea poseer un grimorio antiguo que le permitirá derrocar a Lucifer. Fue escrito por el Rey Salomón y su contenido da instrucciones de cómo convocar a 72 demonios que, junto con un anillo proporcionado por el arcángel Miguel, los pondrá bajo su mando para tomar el infierno por asalto.
Vedado su paradero a sus ojos demoníacos, necesito de una niña de 12 años proveniente de una ancestral dinastía de brujas, a quien marco para utilizarla años mas tarde y así llevar a cabo su plan. Pasado el tiempo, ya convertida en hechicera, María San Juan de Garonda lo encuentra, pero al ser engañada por el demonio quien le pidió el alma de su pequeño hijo, se revela, dejándolo de servir y ocultándolo nuevamente. María no está sola, cuenta con la ayuda de un exorcista de apellido Navarra, el cual por su integridad es condenado a convertirse en devorador de pecados, e inmortal.
Navarra hace suyas ambas maldiciones, hiriendo la naturaleza sobrenatural del demonio y quitándole sus facultades. Creando una simbiosis entre ambos, lo que siente el primero, que es la ausencia de Dios y un gran vació cuando devora los pecados, el otro experimenta su misericordia, cargando ambos con esta maldición de ahora en adelante.
Francisco de Navarra comienza un camino sin fin recorriendo desde su inmortalidad el mundo del hombre donde lo verá evolucionar en diferentes ramas de la ciencia y la tecnología pero involucionando hacia su propia destrucción encerrada en su propio egoísmo e individualismo olvidándose del Creador.
A pesar de lo que experimenta viendo como la humanidad camina hacia su propio apocalipsis, Navarra no pierde la esperanza y la fe en que todo puede ser diferente mañana. En todo estos siglos que él lleva caminando y luchando contra los demonios más oscuros y terribles que acechan al hombre, no ha peleado solo, tuvo aliados que usaron la fuerza para someter a aquellos que sirven a los demonios o a sus propios intereses, tuvo personas, buenos amigos que lo recibieron, le dieron una casa, abrigo y le tendieron la mano, le recordaban que estaba vivo y que a pesar de todo valía la pena seguir haciéndolo por lo que nos espera a aquellos que somos fieles hasta el fin:
“…he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hay aguardado con amor su Manifestación” (2 Timoteo 7,8).

Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Alfredo Musante
-Este artículo esta publicado en el Dossier “Navarra Preludio” número 3 que integra el boletín digital, número 39, que corresponde al mes de Febrero de 2023.