
Cada amanecer una madre despierta con el mismo pensamiento, sea cual sea su contexto de vida. Se las cuestiona una y otra vez. Soportando las frases de la gran mayoría en la sociedad, “¿Te quejas de tener hijos?, ahora te aguantas”, “Eres una madre inútil”, “Tuviste hijos para ir de victima por la vida”, “Eres una mujer adulta, es la que elegiste”. Todas esas frases y muchas más escuchan la mayoría. Tras una breve encuesta en redes sociales pudimos ver respuestas de varias mujeres y madres, ya que la M de madre no puede aplastar la M de mujer (frase dicha por la futura escritora Noelia Hernández Gazquez, asturiana, mujer, madre a tiempo completo, luchadora por la conciliación familiar)
Compatibilizar la vida de mujer, ser humano individual se hace una tarea difícil, sigue siendo mal visto, van con el dedo acusador por una gran mayoría. ¿Y quienes no tienen lazos de ayuda familiar? Maternidad caótica casi siempre, y no todas nacimos con el don de ser madres las veinticuatro horas del día cierto. De este dilema resurgen los pensamientos llevados a cabo por la crianza respetuosa compartida, ya que históricamente el hombre era el que traía el dinero al hogar, y se desvinculaba de las tareas del hogar, de la crianza y largos etc… Aunque se está difuminando poco a poco este pensamiento, ya que todos los integrantes de un hogar tienen el mismo compromiso traigan el dinero o no. Las antiguas amas de casa, siempre pendientes de tener al orden un hogar, sin ser valoradas por ser las que más trabajaban, todo el día. De ahí nacen las ansiedades, depresiones que han sufrido nuestros ancestros. Entendemos que estas normas no se cumplían en todos los hogares, pero una gran mayoría si, muchas veces por creer que la persona que llevaba el dinero a casa tenía más derechos a no hacer nada y ser servido según entran por la puerta de sus casas.
Se hablaba de la depresión post parto, el primer año de nacimiento de un hijo genera pensamientos intrusivos en una madre. La mayoría cuando visitan a una madre suelen llevar regalos al bebé, lo cual es perfecto, pero nos olvidamos de la madre, el mejor regalo para una madre es darle atención, un pastelito acompañado de un café, probablemente sea el mayor de sus lujos en esos momentos, y ya si se lo sirven en esa visita damos por sentado que lo agradecerá en el alma.
A continuación os dejaré breves comentarios de la encuesta: “Quisiera poder retomar mis estudios”, “Me encantaría dedicarme a trabajar en mi profesión, pero conciliar trabajo y crianza es imposible, no existen empleos de media jornada que lo permitan”, “Empecé a tomar antidepresivos desde que soy madre, ya que he renunciado al empleo por criar, por cuidar el hogar, me veo haciendo todo sola todos los días, me veo ahogada y cuando llega mi marido de su jornada está muy cansado lo cual no tengo tiempo ni para ducharme sola en paz”
Estos son algunos de los tantos mensajes recibidos en Instagram, y he querido dar voz a esta situación, para concienciar y valorar. Sobre todo, cambiar los patrones a la hora de formar familia, que no sea la mujer que deba renunciar a su vida individual por ser madre. Estas situaciones generan malestar en la salud mental, entre muchas cosas por supuesto, pero en este caso hablamos de las madres. Es todo un placer publicar este pequeño artículo, pudiendo visibilizar uno de los temas importantes para la mejora en la salud de mente y alma.

Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Evelin Mariel Menéndez Neyra
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 45, que corresponde al mes de Agosto de 2023.