
En el corazón de Agrabah, un lugar vibrante y lleno de misterio, conocemos a un joven que, aunque lo tiene todo en contra, nunca deja de soñar. ALADDIN, junto a su inseparable compañero Abu, sobrevive entre calles abarrotadas y mercados ruidosos. Ambos recurren al ingenio y a la picardía para llevarse un bocado a la boca, pero lo que realmente alimenta sus días es la ilusión de alcanzar una vida diferente, quizá incluso dentro de los muros del palacio.
Sin embargo, el destino nunca viaja en línea recta. Una acción impulsiva para defender a una desconocida lo pone frente a la guardia real. Lo que parecía un gesto noble se convierte en una trampa. Tras las rejas descubre que aquella joven misteriosa no es otra que Jasmine, la hija del Sultán. Y, como si el azar no fuese ya caprichoso, la ambición del siniestro Jafar lo arrastra a una misión peligrosa: entrar en la Cueva de las Maravillas y obtener una lámpara que guarda en su interior un secreto colosal, el poder de un GENIO capaz de transformar el destino de quien lo libere.
Dentro de ese lugar fascinante y letal, Aladdin se topa con pruebas que pondrían en jaque a cualquiera. Pero no está solo. Una alfombra viviente y un genio azul cargado de humor y sabiduría se cruzan en su camino, convirtiéndose en aliados inesperados. Con ellos, nuestro héroe emprende una transformación personal, donde la magia no está solo en los hechizos, sino en aprender a ser fiel a sí mismo y en conquistar el corazón de Jasmine sin disfraces ni engaños.
La película combina aventura, humor, ternura y romance en una mezcla explosiva que atrapa desde el primer fotograma. Y, por supuesto, sería imposible hablar de ALADDIN sin destacar su música. La banda sonora es un viaje en sí misma: cada canción impulsa la historia y deja huella en la memoria. ¿Quién no ha tarareado “Un genio genial” o vibrado con “Príncipe Ali”? Y “Un mundo ideal” no solo se convirtió en un clásico inmortal, sino que le dio a Disney dos Oscars en 1992: Mejor Canción Original y Mejor Banda Sonora.
La cinta también nos regala lecciones que van más allá del entretenimiento. Jasmine nos muestra la importancia de elegir nuestro propio destino. Aladdin nos recuerda que la perseverancia abre caminos imposibles. Y, sobre todo, ambos enseñan que no hace falta ocultar lo que somos para ser dignos de amor.
El Genio, interpretado magistralmente por Robin Williams en la versión original, aporta improvisaciones tan brillantes que incluso modificaron el guion. Su energía desbordante y su carisma lo convierten en una de las voces más recordadas de la historia de la animación.
Aún hoy, ALADDIN mantiene intacta su magia. Volar sobre una alfombra, pedir tres deseos, vivir una historia donde la amistad y el coraje lo cambian todo. Cada vez que la revisito me devuelve al niño que fui, al soñador que aún cree en la posibilidad de lo imposible. Y me pregunto: si un genio se apareciera frente a nosotros… ¿qué tres deseos pediríamos?

Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Jorge José López
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 71, que corresponde al mes de octubre de 2025.