
La Esperanza es un camino y así llega al mundo Carmen Elena Rendiles Martínez, en la vida religiosa María Carmen, quien ha sido declarada Santa en decreto aprobado por el papa Francisco. Nace en Caracas, un 11 de agosto de 1903. Fue la tercera hija del matrimonio formado por Ramiro Rendiles y Ana Antonia Martínez.
Su infancia se desarrolla en un hogar predominantemente cristiano, en el que el rezo del Santo Rosario, la bendición de las comidas en familia y la asistencia a la misa dominical eran parte importante en la dinámica de vida familiar. Su niñez cursa con alegría y sencillez desbordante, y a pesar de haber nacido sin su brazo izquierdo, fue capaz de desenvolverse con absoluta normalidad y destreza, en compañía de sus hermanos y amigos.
A temprana edad manifiesta una acentuada devoción al Sagrado Corazón de Jesús, quedando esto plasmado en sus pinturas, una vez que asiste a un colegio de artes cercano a su residencia para estudiar dibujo, actividad por la que mostraba una particular inclinación. A finales del año 1926, quien era para el momento arzobispo de Caracas, monseñor Felipe Rincón González, solicita el servicio de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, una congregación francesa fundada en Toulouse en 1857.
Habiendo tenido noticia de la llegada de esta congregación, la joven Carmen Elena inicia allí su camino como novicia, tomando el nombre de María Carmen. Esta nueva forma de vida puso a prueba y moldeó el temperamento de esta mujer que ya desde entonces se enfilaba a la santidad. Con espíritu decidido le permitía hacer frente a las dificultades con gran determinación y adherida siempre a la voluntad de Dios, recibe la primera profesión de votos un 8 de septiembre de 1929. En el curso de tres años, da continuidad a su formación hasta ser admitida para la profesión perpetua. Seguidamente, es enviada a Francia y allí reside durante dos años, compenetrándose profundamente con el carisma y enraizando sus virtudes cristianas y humanas.
A su regreso a Venezuela, es nombrada superiora de la congregación, entregándose al ejercicio del cargo con gran dedicación, a pesar de haber sido diagnosticada con una fuerte artritis reumatoide que le causaba grandes incomodidades y dolores extremos. La Congregación Francesa Siervas de Jesús del Santísimo Sacramento, como muchas comunidades religiosas, había pasado por una dura prueba durante la Segunda Guerra Mundial. Las comunicaciones entre Francia y Venezuela se interrumpieron hasta finales de la guerra en 1945, precisamente en un momento en el que, a causa del gran número de hermanas francesas afiliadas, comenzaba a vislumbrarse entre ellas la idea de transformar la institución en instituto secular.
Sin embargo, la situación de las hermanas de la congregación en Venezuela era distinta, y luego de un largo período de discernimiento, la congregación en Venezuela emitió un decreto de constitución de una nueva congregación de derecho diocesano, formada por las comunidades de Venezuela y Colombia, separándolas así del resto de la congregación Siervas de Jesús del Santísimo Sacramento. La congregación en Venezuela pasó a llamarse Siervas de Jesús, quedando María Carmen asignada como superiora general.
Su delicada situación de salud fue agravándose y, luego de mostrar una gran fortaleza ante la enfermedad, muere en Caracas un 9 de mayo de 1977, dejando olor a santidad.
Aprendemos de esta gran mujer que las dificultades y desavenencias jamás serán un obstáculo para el cumplimiento de la voluntad de Dios en nosotros.
Isabella Orellana
Para ANUNCIAR Informa (AI)