La historia de Jesús no era desconocida para él actor Jim Caviezel. Creció en una familia católica donde la religión formaba parte de lo cotidiano. Una lesión en el pie le impidió su sueño de jugar en la NBA, pero su altura de casi un metro noventa, sus ojos claros y porte envidiable le abrieron las puertas del modelaje y la actuación.
Despacio pero seguro, transitaba por la ruta del éxito cuando recibió el llamado de Mel Gibson convocándolo para un nuevo proyecto. Acudió a la cita con la certeza de que lo llamaban para protagonizar una historia de surfers. La propuesta era muy diferente: sería Jesucristo.
El protagonista de ARMA MORTAL, convencido creyente cristiano, quería llevar a la pantalla la vida de Jesús pero no desde su nacimiento sino solo su agonía y resurrección, lo que en el ámbito religioso se conoce como la Pasión de Cristo.
Su idea era rodar una película realista y por eso se filmaría en latín, hebreo y arameo, las lenguas de esa época. Caviezel lo escuchó con atención. La historia se contaba según los textos evangélicos, pero se agregaban las visiones de la beata Ana Emmerick, una religiosa y mística alemana del siglo XIX.
Gibson le advirtió que el personaje sería muy difícil y que de aceptar, podría ser maginado en Hollywood. Caviezel pidió un día para pensarlo. Veinticuatro horas después su respuesta fue: “Creo que tenemos que hacerlo, aunque sea difícil. Y algo más, mis iniciales son J. C. y tengo 33 años. No me había dado cuenta hasta ahora”. Mel respondió con un sincero: “Me estás asustando”.
El actor hizo las valijas y partió. La película se grabaría en Italia y en invierno. Antes de comenzar el rodaje, el actor tuvo una audiencia con el entonces papa Juan Pablo II, quien lo bendijo. Todavía no lo sabía, pero para lo que se venía precisaría la ayuda de la fe, según los creyentes, o un increíble temple, según los agnósticos. Lo que comenzó como un interesante desafío se convirtió en un verdadero reto profesional.
PERIPECIAS DE JIM CAVIEZEL EN EL PAPEL DE JESÚS
1.- Su maquillaje implicaba ocho horas de tarea.
2.- Lo citaban a las dos de la madrugada para lograr terminar a las 10 y comenzar a filmar.
3.- La grabación se interrumpía para “retocarlo” y si por mal tiempo se suspendían debía dormir maquillado.
4.- Los productos eran especiales y resistentes, solo se quitaban en una ducha larga y furiosa con agua muy caliente.
5.- Ni duchas ni desmaquillantes fueron eficaces y su piel se comenzó a cubrir de ampollas que ante el mínimo roce con ropa o sábanas le provocaban fuertes dolores que le impedían dormir o mínimamente descansar.
6- Para la toma del camino al calvario cargó una cruz de 70 kilos. El peso era tanto que le dislocó el hombro, situación que quedó registrada para la pantalla.
7.- En su afán de realismo, el director lo colgó de la cruz.
8.- Durante 15 días permaneció varias horas suspendido en lo alto. En pleno invierno, con temperaturas bajísimas y apenas cubierto con un taparrabos, sufrió ataques de hipotermia, sus músculos temblaban de un modo tan violento que decidieron acercarle tres calentadores. Funcionaban bien con viento pero si el clima se calmaba podían quemarle las piernas.
9.- Al querer comer algo, no podía hacerlo ya que al ingerir bocado le provocaban náuseas. El frío le congelaba los labios y los asistentes le pasaban paños calientes para que pudiera balbucear alguna palabra. Ni paños ni calentadores alcanzaron, y terminó con un ataque de neumonía.
10.- En una de las jornadas y con un viento fuertísimo, uno de los soportes de la cruz cedió y magulló aún más su hombro.
11.- En otra de las jornadas comenzó una tormenta y sufrió una descarga eléctrica que quemó parte de su pelo aunque sin mayores consecuencias.
ANÉCDOTAS EN TORNO A LA PASIÓN DE CRISTO Y JIM CAVIEZEL
Al recrear la flagelación y proteger al protagonista se le coloco sobre la espalda una placa de metal, pero al golpear uno de los actores calculó mal y le desgarró la piel. El incidente parecía olvidado pero unos días después, otro actor equivocó el golpe y le dio en la espalda lastimada. Cuando se acercaron a asistirlo notaron que en su espalda se le había abierto una herida de 30 centímetros. Se decidió que los actores soldados usaron solo los mangos de madera; los látigos se tuvieron que añadir en edición digitalmente.
Gibson le llegó a preguntar si quería seguir con la película y recibió por respuesta: “Voy a continuar. Esto es entre Dios y yo”.
Como persona creyente estaba convencido de que su destino era pasar por aquel calvario para conseguir una actuación de lo más realista que fuera aplaudida por público y crítica, y lograra algunas conversiones, pero también que le sirviera para reafirmar su propia fe.
Caviezel declaro que: “No quiero que la gente me vea a mí. Solo quiero que vean a Jesús. Y, a través de eso, las conversiones ocurrirán”.
En la escena del Vía Crucis, los extras contratados, al verlo pasar, se arrodillaban de forma espontánea y fuera de guión.
Polémico o no, desde su papel de Jesús, el nombre de Caviezel no volvió a figurar en las carteleras. Pasó desapercibido en el thriller psicológico Mentes en blanco y en Déjà vu.
Pudo haber sido el Superman de SUPERMAN RETURNS, pero el director lo rechazó porque creía que la gente lo acabaría identificando con Jesús.
Sabe que su figura ya no genera pasión y mucho menos buenos contratos en Hollywood. “Es parte de la cruz que uno acepta al creer en Él. Todos tenemos el deseo de ser queridos, pero deberíamos pedirle a Dios el deseo de la humildad”.
Fuente:
https://elpelado.com.ar/
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Jorge José López
-Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 41, que corresponde al mes de Abril de 2023.