Muchos me preguntan por qué sostengo en el tiempo un espacio con un contenido tan particular. No es difícil de explicarlo, es complicado de entender para aquellos que no viven, que no experimentan el amor de Dios y su presencia en su vida.
Para el mundo de hoy tan patas para arriba, donde vivimos en una total y gran confusión de valores, de ideologías, de géneros, de opiniones y posturas, que sostener un programa con un mensaje que realmente no discrimina a nadie, sino que sale al encuentro del otro que no importa como sea, pero, (aquí empiezan los peros) pero es el hombre que hace que ese mensaje no llegue en profundidad, que toque los corazones y los cambie realmente.
Desde que soy comunicador (33 años) he visto que muchos que lo transmiten, dividen, alejan y para peor segregan y hacen diferencias sobre las personas. El mensaje de la Buena Nueva, es claro, simple, fresco, sencillo, pero a la vez profundo, si te abrís a su contenido, puedo asegurarte que te cambia la vida y no es palabra escrita, es palabra viva, real, actual, que cala lo más profundo de tu ser, de tu alma y te muestra lo que realmente sos, y lo mejor es que quieres que cambies.
Así con esta base sigo embarcado en proclamar junto a mi compañero de ruta, como dos apóstoles del éter, intentando con nuestros (muchísimos errores y defectos) comunicar el mensaje del Maestro, ese mensaje que cada día a Guzmán y Musante los va cambiando, los va haciendo crecer, les va dando la posibilidad de entenderlo y con todos nuestras limitaciones interpretarlo para dar a conocer a las personas que no lo conocen o lo desconocen.
En 28 años de ser el creador de este programa, muchos me preguntan, amigos, familiares, conocidos ¿Por qué un programa de radio católico? ¿Por qué no uno de música, opinión, política, deportes, entretenimiento o un programa hueco sin contenido pero que divierta a las personas?
Por qué es un problema que tengo cómo persona, catequista, comunicador y productor, aunque quiera, aunque me lo proponga, nunca dejaría de hacer un espacio como este. Podría estar horas explicándoles cómo en estos 33 años de comunicador y 28 de director de este espacio, las maravillas que obro en mi vida, las personas que conocí, y lo más importante, cómo este simple espacio me forma hace 28 años. Es una cátedra diferente cada semana.
Llegar a estos 28 años de historia, es mucho, es poco, es nada, pero creo que el mensaje se lo merece, sostener en un mundo tan complicado en el que vivimos actualmente donde todos son indiferentes del otro, donde nos dicen que estamos comunicados gracias a los dispositivos que han invadido nuestra vida y nos quitan la libertad, conduciéndonos a las redes y una vez allí atrapados y sin salida, consumimos horas y horas de basura, de estupideces, de contenidos sin contenidos, pero que por detrás existe un algoritmo que busca que nos alejemos del mensaje que transmite vida.
Suena medio conspiranoico pero las redes hoy han tomado el control de la sociedad, del mundo, de los medios, de la familia, de nosotros y nada tiene que ver con las redes que nos habla el Maestro, porque ellos salen a pescar pero no para darnos un mensaje edificante y que nos haga crecer, sino todo lo contrario, nos esclavizan para su propio beneficio, mientras que la red del Maestro nos conduce a que tengamos vida en abundancia, y lo más importante que seamos libres, palabra que hoy está de moda, pero que no se sabe realmente su significado y valor.
Si llegaste hasta acá, te das cuenta porque sigo 28 años haciendo este programa que no te dije su nombre: El Alfa y la Omega…
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Alfredo Musante
Director