¡Saludos familia! Feliz navidad para todos y cada uno de ustedes que me leen cada mes y les agradezco enormemente ese detalle, y de corazón deseo que el Niño Dios haya encontrado en sus corazones ese lugar especial, ese pesebre digno y preparado para hacer ahí el amor, pero el amor como Dios nos los pide y nos lo enseña.
Estamos iniciando año, ¡2023 llegó ya! Atrás ha quedado el 2022 con todo lo malo y bueno que nos dejó. Aprendizajes, llantos, lágrimas de risas y de tristeza, seres queridos han llegado a nuestras vidas: hijos nietos, sobrinos, a lo mejor encontré a la pareja de mi vida. Pero también es probable que algunos ya no estén con nosotros y a ellos elevamos nuestra oración sincera.
Cada año, en esta época, empezamos con nuestros propósitos de inicio de año; voy a hacer ejercicio, voy a hacer dieta, voy a estudiar otro idioma, voy a ahorrar para hacer el viaje que quiero, etc. Muchas veces esos buenos propósitos nos duran a lo mucho un mes, y ya para febrero regreso a mis mismas actitudes de siempre, esas que ni a mí mismo me gustan, esas que no me hacen sentirme orgulloso, esas que deseo dejar atrás pero no lo hago.
Año Nuevo, vida nueva dice el refrán. Pero parte de la vida es también nuestra parte espiritual, no somos solamente material, carne. Así como nos preocupamos por estar bien físicamente, por verme bien frente al espejo y frente a los demás, así mismo, con esas mismas ganas, debo de preocuparme por estar bien espiritualmente.
En cosas de Dios también debemos tener nuestros buenos propósitos, ser mejor cristiano es también querer subirme a esa autopista de la santidad que nos comentaba Carlo Acutis. Podríamos empezar por un propósito de misa dominical, interesarme por inscribirme en algún grupo de oración, de estudio de la biblia, sumarme a un grupo social, de esos que hacen trabajo comunitario y ponen manos a la obra en ayudar a los más necesitados, pues ahí ponemos en práctica las palabras de san Pablo “una fe sin obras, es una fe muerta”, si me gusta la música, buscar la posibilidad de sumarme a un coro parroquial o formar un proyecto de evangelización a través del arte. La Iglesia tiene muchas puertas abiertas para esto.
Tal vez, has estado lejos de la Iglesia por chismes, por malos testimonios de los laicos, de los consagrados, pero debemos recordar que la fe es algo que me va a ayudar a mí, en lo personal, a ser mejor ser humano. Los estudios no mienten, las personas que suelen ir a misa semanalmente, son más felices, no por no tener problemas, sino porque saben que los problemas en manos de Dios se vuelven pequeños o encuentran soluciones más fáciles.
Que este año 2023 te ves la oportunidad de volver a la casa, de volver a darte la oportunidad de sentirte y saberte hijo de Dios, este 2023 es tu año para regresar al Padre bueno y decirle “recíbeme Padre” y Dios siempre bueno, te va a recibir con todo el amor, pues “Dios es amor”.
Ánimo
Nunca dejes de soñar
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde México
José Luis Hernández
-Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 38, que corresponde al mes de Enero de 2023.