
Saludos mis muy queridos lectores que cada mes nos reunimos en estas líneas. Mes a mes trato de escribir algunas líneas que nos inspiren a ser mejores como personas y como cristianos, dejando de lado, pero jamás olvidando lo que está pasando en nuestra casa común. Hoy quiero dedicar estas líneas justamente a lo que estamos viviendo en diferentes países. Hasta parece que los gobiernos se han puesto de acuerdo en voltear los ojos, velar por sus propios intereses y olvidarse del pueblo que los puso donde están, dejándonos totalmente a nuestra merced ante las olas, que más bien parecen tsunamis de violencia.
Los gobiernos usan la frase “son ajustes de cuentas, se están acabando entre ellos” pero es mentira. En las últimas semanas, he podido leer noticias de distintos países donde personas inocentes (en especial niños) han sido asesinados a causas de esta violencia desmedida. Familias destrozadas, que hoy lloran sus seres queridos y todavía políticos con total cinismo ponen a estás víctimas en la casilla de “daños colaterales”. Un gobierno que se ofende porque Donald Trump quiere clasificar a los cárteles de droga como terroristas, pero no se ofende porque están secuestrando, desapareciendo y matando gente inocente.
¿Acaso “terroristas” no son las personas que siembran terror y roban la paz de una sociedad? Negocios que cierran porque los clientes ya no salen de sus casas a comprar, niños que no pueden jugar en la calle, familias que cambian o cancelan sus actividades por miedo a ser robados, asaltados o asesinados, ¿no es eso terrorismo señores presidentes de cada país? En la película “Su excelencia” en el año 1967, de uno de mis actores favoritos, el señor Mario Moreno Cantinflas, cerró el discurso diciendo lo siguiente: “Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: “Amaos… amaos los unos a los otros”, pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que han hecho?, ¿qué es lo que hacen?: “Armaos los unos contra los otros”
Hoy estamos en el mes de febrero, mes del amor y la amistad. Los buenos somos más y necesitamos hablar, ser escuchados y hacernos escuchar. Nos hemos callado por ser “buenos” y no querer crear controversias, pero ese silencio hoy es culposo. ¡Levantemos la voz del amor e icemos la bandera de la paz! Por nosotros, pero en especial por nuestros niños, para que ellos puedan volver a jugar sin miedo en la calle, los novios puedan caminar de la mano a la luz de la luna, los esposos salir sin miedo a no regresar y nuestros abuelitos puedan irse a sentar de nuevo a las bancas de los parques a jugar dominó y leer sus periódicos con buenas noticias. En este mes te deseo que el amor de Dios llegue a tu corazón, te enamores de la vida y de la alegría. Que no nos sigan robando la paz, ni los que disparan balas ni los que disparan frialdad desde un puesto político. A pesar de todo sigo necio en creer que un mundo mejor es posible, pero sólo si todos trabajamos por lograrlo.

Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde México
José Luis Hernández
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 63, que corresponde al mes de febrero de 2025.