Hay un momento en la vida de una persona que es el dar las gracias. Y esa persona hoy soy yo. Quiero dar gracias por la vida que tengo, que a pesar de no haber tenido una infancia y adolescencia muy grata, eso me forjo para comenzar con una historia que nunca pensé que iba a consolidarse tanto en el tiempo. Quiero dar gracias por aquellas personas, amigos que me escucharon y aconsejaron, hasta caminaron conmigo para iniciar una senda que si hoy miro hacia atrás, se me escapa una lágrima.
Quiero dar gracias por lo que sigo aprendiendo de este maravilloso medio que es la radio. Por mis grandes mentores, maestros que Dios puso en mi vida y me indicaron como dar esos primeros pasos delante del micrófono. Los consejos, retos y mucha, pero mucha práctica. Alguien por ahí muy querido por mí, dice que soy una persona multifacética, no sé si será tan así, pero reconozco que sin haber estudiado nada en lo que se relaciona con este medio, algunos que saben (me lo han dicho) sé mucho más que aquellos que tienen el diploma de “recibido” de algún instituto y/u organismo oficial.
Quiero dar gracias por las personas maravillosas que fueron cruzando en esta travesía, las grandes amistades que este medio me hizo conocer, algunas perduran, otras por cuestiones de la vida, no están físicamente entre nosotros, pero si he guardado en mi corazón los mejores momentos, sus consejos, gestos, actitudes y sobre todo su sabiduría.
Quiero dar gracias, por la compañera que Dios puso a mi lado que sin saber donde se metía y con quien, más adelante se aventuraría en hacer una vida juntos, y encontré una persona maravillosa, crítica en todo sentido de lo que hago y como lo hago, (en todo caso para que lo haga mucho mejor, a pesar de que muchas veces me enojo y no la entiendo), pero si tengo que decir, que podés tener muchas ganas, ingenio y voluntad, pero si esa persona que el Señor puso a tu lado no te acompaña, te aseguro que no llega a buen puerto todo lo que quieras emprender.
Quiero dar gracias por los dones que el Espíritu Santo me ha dado, a pesar de que este pobre personaje siempre se enoja con el Padre, por qué no entiende aún por donde desea conducirlo, pero Él sabe que este su hijo terreno, nunca dejara de hacer lo que hace (a pesar de enojarme siempre) y cumplirá esa promesa realizada el 24 de enero de 1994 bajo una torrencial lluvia.
Quiero dar gracias a Jesús por permitirme ser su instrumento, sé que no soy el mejor y que tengo muchas imperfecciones, que caigo muchas veces en temas relativos a la espiritualidad y sobre todo que no me van muchas cosas en lo que concierne a la Iglesia institucional, pero sabe que lo amo tanto, y quiero darle las gracias por la Madre que me lego, ya que en estos 29 años de hacer El Alfa y la Omega, es mi mejor asistente de producción, ante mis peores momentos radiales, estuvo allí cubriéndome con su manto, y aunque no puedo verla, se que está ahí siempre.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Alfredo Musante
Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 36, que corresponde al mes de Noviembre de 2022.