Es una de las primeras películas en abordar la temática de la invasión alienígena desde un prisma de largometraje de serie B que no renuncia a la crítica de la paranoia anticomunista de la época. Apuesta por la ciencia ficción, lo fantástico y el terror a través de una historia de cine negro. La historia tiene lugar en una pequeña ciudad que es invadida por alienígenas. Estos plantan vainas que después se convierten en humanos, copias de aquellos que vivían en el pueblo.
Uno por uno, todos los ciudadanos son reemplazados por las vainas y sus sustitutos, sin ninguna emoción, comienzan a multiplicarse. Un doctor intenta detenerlos, sin saber -como el espectador- quién es quién. En 1978, tuvo su remake que conto con la participación de grandes actores del momento como Donald Sutherland, Leonard Nimoy, Jeff Goldblum y Robert Duvall, como protagonistas. En 1993 llegó Secuestradores de cuerpos, (Body Snatchers) y en 2007, The Invasión, con Daniel Craig y Nicole Kidman.
Casi la totalidad de la acción se desarrolla en Santa Mira. Esta pequeña localidad ficticia que el guionista situó en el estado de California, podría ser considerada una clara representación de la ciudad utópica del ultra conservadurismo estadounidense de la década de los cincuenta. La población está compuesta exclusivamente por habitantes de raza blanca que aceptan, sin ningún tipo de reparo, un modelo de vida patriarcal. Un paraíso conservador, que de existir, ignoraría la germinación del feminismo y los movimientos sociales vividos en los Estados Unidos de los cincuenta.
Se han realizado ya muchos estudios que han buscado la ideología que se esconde detrás del film, haciéndose incluso lecturas contrapuestas, dado que, mientras unos han definido esta película como una alegoría anticomunista, otros la han visto como una denuncia del macartismo. Algunos críticos e historiadores de cine, creen que Santa Mira sería la ciudad perfecta para los seguidores del entonces presidente anticomunista, de los Estados Unidos, Eisenhower. Para otros esta pequeña ciudad californiana es la antesala de la alienación y falta de libertad a la que esas políticas conservadoras pueden llevar. Sea cual sea la lectura que como espectadores realicemos del film, no vamos a obviar que nos encontramos en Santa Mira, un paraíso para cualquier conservador.
El Doctor Bennell, es el arquetipo del héroe de los films de ciencia ficción de la década de los cincuenta y Santa Mira, no solo su ciudad idónea, sino la localidad utópica del ultra conservadurismo norteamericano, las réplicas humanas que amenazarán a nuestro héroe y al resto de la población californiana, a penas encontrarán similitudes con otros malvados cinematográficos. Ver hoy en día La invasión de los ladrones de cuerpos es adentrarnos en un mundo utópico donde la amenaza del ciudadano americano se representa en el film a través de unos seres sin sentimientos que quieren imponer a todo ser humano una forma de vida marcada por la falta de individualismos, sentimientos y pasión.
No existe un consenso sobre el significado de estos seres; ni entre los espectadores del film, ni entre aquellos teóricos que han derramado ríos de tinta sobre la obra de su creador. No se puede negar es la intencionalidad del film de mostrarnos algunos peligros que como humanos estamos expuestos, como el individualismo, la conformidad, la deshumanización y la alienación, una teoría que defendió desde un principio el propio director del film. Recomiendo verla en familia. Luego podemos hacer un debate donde encontramos ese aislamiento y enajenación que plantea el largometraje y en mi opinión personal la trasladaría a las redes sociales y los dispositivos móviles, ya que para nuestro pesar, son medios que nos interrelacionan con las personas, pero a su vez nos inducen a ser seres de otro mundo, un mundo virtual donde no somos realmente lo que parecemos.
Fuente:
https://elpelado.com.ar/
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde España
Jorge José López
-Este artículo esta publicado en el boletín digital, número 42, que corresponde al mes de Mayo de 2023.