María, Jesús y sus discípulos fueron invitados a una Boda, en Caná de Galilea.
¡Faltó el vino! Y la acción mediadora de la Madre de Dios no se hizo esperar.
¡Hagan lo que Él les diga! y el agua, que ocupaba las tinajas, fue transformada en vino, dándose así el comienzo de los signos de Jesús, tal y como lo reseña nuestro amigo Juan, El Evangelista.
¡Hagan lo que Él les diga! es un mensaje dirigido a los hombres y mujeres de todos los tiempos; en este caso a Usted que me lee y a mí. Ella, “sin ser el centro”, está en el centro puesto que su sí ha sido crucial en la historia de la salvación para interceder siempre, tal y como lo hizo en Caná de Galilea.
Es por esto que, durante este mes del Rosario, se nos invita a contemplar la vida de Jesús en cada misterio, descubriendo así la forma como María nos lleva a Él.
Ella conoce muy bien nuestras necesidades y anhelos más profundos y se hace tan cercana que resulta infalible negarlo.
Y toda devoción Mariana en nuestros pueblos seguirá adquiriendo sentido pleno, cada vez con más fuerza y arraigo.
¡Hagan lo que Él les diga!… (Jn. 2,1-11)
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde Venezuela
Isabella Orellana
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 60, que corresponde al mes de noviembre de 2024.