Saludos familia querida que mes a mes nos reunimos en este espacio. De corazón espero que cada proyecto, cada sueño se vaya haciendo realidad. Unos días atrás, me puse a pensaren el tema de los ancianos en casa y cómo han ido cambiado las costumbres con respecto a ellos.
Hace un par de generaciones, a los abuelitos de la casa, se les llenaba de cariño, se les escuchaba con suma atención cuando contaba sus historias, sus anécdotas, sus chistes y tenían pocas o nulas obligaciones, ellos ya eran libres de hacer cuanto quisieran hacer: levantarse sin prisa ni hora, irse al parque del pueblo a leer el periódico, salir a caminar sin rumbo ni tiempo establecido, asistir a algún curso de arte, deporte o religioso de su agrado, etc. Ellos vivían en sus casas y eran visitados por sus hijos y nietos en fines de semana, y esas reuniones eran siempre motivo de alegría para todos.
Hoy hemos cambiado todo eso. Ya a los abuelitos de la casa los hemos llenado de obligaciones que no les corresponden. Cada vez es más normal ver a los abuelitos asumiendo roles de papás, haciéndose cargo de sus nietos en asuntos escolares, médicos, deportivos y hasta de ocio. No digo que esté mal que los abuelitos se involucren con sus nietos, pero no de una manera “calendarizada”. Ellos ya hicieron mucho o todo por nosotros y merecen nuestro cariño, respeto, admiración, amor, agradecimiento y paciencia. Todo esto, claro está, cuando ellos son “funcionales para la familia o sociedad” porque después de esta etapa, para muchos de ellos, se viene una época muy gris.
Muchos de nuestros abuelitos, cuando los queremos acoger en nuestras casas, porque ya quedaron viudos, o por alguna condición de salud especial, lejos de hacernos cargo de ellos, los estamos encarcelando: les quitamos sus cosas, les ponemos reglas, ya no los escuchamos, los vamos haciendo a un lado y los vamos apagando poco a poco. A ellos que con tanta paciencia nos enseñaron a comer y limpiaron nuestros regueros, a ellos que nos enseñaron a caminar con tanta paciencia y hasta dolor de espalda por estar jorobados agarrándonos de las manos para que no nos cayéramos, a ellos que nos escuchaba nuestras historias (algunas hasta inventadas) y nos fueron aconsejando en la vida, aunque muchos de ellos eran personas sin grandes títulos ni carreras profesionales, sin embargo los valores que nos enseñaban y los ejemplos que nos dieron eran suficientes para hacernos buenos ciudadanos.
Ellos aún están con nosotros, démosle su espacio, hagamoslos sentir parte real de la familia, fomentemos los espacios abuelitos-nietos, veremos como a los niños les va a encantar y los abuelitos se sentirán importantes de nuevo, ellos son los pilares de la familia. Ellos nos dieron todo lo que tenían e hicieron todo lo que estuvo en sus manos por nosotros, ahora nos toca a nosotros agradecerles con hechos por todo eso. Además, si sos una persona creyente, recuerda que hay un mandamiento que dice “honrarás a tu padre y a tu madre”. Dios mismo nos invita a ser buenos hijos. Recordemos que un día los abuelitos de la casa seremos nosotros.
Para ANUNCIAR Informa (AI)
Desde México
José Luis Hernández
-Este artículo está publicado en el boletín digital, número 48, que corresponde al mes de Noviembre de 2023.